La comunidad Embera en el centro de Bogotá sigue dando de qué hablar en el país. Primero, por el brutal ataque con palos y piedras a los uniformados de la Policía Nacional y a los encargados de la convivencia, del mes pasado. Ahora, también, por todas las dificultades que rodean a La Rioja, el barrio en el que viven actualmente, tras haberse mudado del Parque Nacional en mayo.
El Gobierno Nacional y la Alcaldía de Bogotá, a través del Ministerio del Interior, firmaron acuerdos para continuar protegiendo a la comunidad Embera en la capital colombiana.
El gobierno nacional se comprometió a proveer ayudas en agua, alimentos y en brigadas médicas para evaluar la extensión de enfermedades en La Rioja, una comunidad hacinada en Bogotá. Gustavo Petro, presidente de Colombia, publicó en su cuenta oficial de Twitter que el gobierno nacional iba a proveer ayudas para evaluar el alcance de la epidemias en La Rioja.
La alcaldesa de Bogotá, Claudia López, respondió al mensaje de Moreno, destacando la inversión de $9.000 millones de pesos que ha hecho el gobierno distrital en la atención humanitaria, salud, educación, alimentación y en los albergues en los últimos dos años. Aseguró que era responsabilidad del gobierno nacional evitar el desplazamiento y garantizar el retorno.
¿Qué es la Roja?
La alcaldesa dijo, en su momento, que La Rioja ha ofrecido varios albergues, pero los indígenas de Bakata aceptaron el lugar, sabiendo que no era el mejor. Lo usan como una forma de presión.
A continuación, las publicaciones de ayuda del presidente y la situación de La Rioja
Hoy llegaran desde el gobierno ayudas en comida, agua potable y brigadas de salud para mirar el nivel de extensión de epidemias en esta cominidad terriblemente hacinada en la Rioja.
Hay miles de indigenas en Bogotá de 94 comunidades desplazados por la violencia https://t.co/yAkIF8lMg7
— Gustavo Petro (@petrogustavo) October 20, 2022
¿Por qué terminaron en La Rioja?
Durante nueve meses, más de 1.000 indígenas de las etnias de embera chamí y embera katío protestaron desde el Parque Nacional de Bogotá, ante la mirada atónita de las autoridades. La situación se trasladó a La Rioja, un centro de la ciudad donde se encuentran exhabitantes de la calle.
Un «territorio ancestral» se ha convertido en una zona donde abundan los alcohol y sustancias psicoactivas. Se habla de tuberculosis, de niños que mueren, falta de agua y una gran superpoblación.
Es cierto que los indígenas han expresado que no hay condiciones para vivir en La Rioja y que los acuerdos no se están cumpliendo, pero no se puede tapar con un dedo las graves acusaciones que se están presentando y que involucran a los propios miembros de la comunidad.
Según la información, en un Puesto de Mando Unificado, se puso en manos de las secretarías de Salud, Seguridad, Gobierno, Integración Social y Personería, una denuncia de agresión y de abuso sexual contra los indígenas en contra del personal de convivencia y diálogo de la Alcaldía.
Según una fuente, la situación es muy delicada, el machismo es alarmante en la región y las mujeres que trabajan como gestoras de convivencia han sido agredidas en varias ocasiones.
No solo se maltrata a los embera chamí y embera katío. Muchas mujeres han hecho denuncias por violencia intrafamiliar. «¿Qué se puede esperar de las mujeres que viven en esta comunidad?», se preguntó una fuente.
La Alcadesa Claudia López también compartió información al respecto:
Como también le debió informar la @UnidadVictimas señor Presidente, varios hombres “líderes” emberas explotan en mendicidad a mujeres y niños, mientras se gastan las ayudas que les damos en licor y ejercen violencia contra su propia comunidad, ciudadanos y servidores públicos.
— Claudia López Hernández (@ClaudiaLopez) October 20, 2022
¿Y cómo viven en La Rioja?
A pesar de que el secretario de Seguridad Pública, Aníbal Fernández de Soto, y el secretario de Gobierno, Felipe Jiménez, dieron la orden de que los policías acompañaran a los operadores de los puestos para impedir el consumo de alcohol y sustancias psicoactivas, esto no sucedió.
La Secretaría de Gobierno evitó responder cuando se le cuestionó sobre lo que estaba pasando en La Rioja.
Según el organismo, la gente que se trasladó a La Rioja vive en condiciones de «sobrepoblación y hacinamiento». No hay agua potable permanente y eso propicia la propagación de enfermedades, además de que no hay instalaciones para atender las necesidades básicas fisiológicas en condiciones dignas.
Las costumbres de los nativos, que impiden la atención de la Secretaría de Salud, han hecho que los niños sean los más perjudicados, ya que han estado padeciendo de enfermedades cutáneas y desnutrición, entre otras.
La situación de varios niños menores de 4 años evidencia que han sido trasladados al San Blas y otras instituciones médicas de la capital, debido a los problemas de salud y respiratorios que presentan.